
Ayer (30 de noviembre) escuché en la tele que era el aniversario de la muerte de George Harrison... y que también era el aniversario de la muerte de Oscar Wilde... me quedé pensando en si había algún patrón común en tal coincidencia. Sin embargo, cuando llegué al trabajo y googleé la información, me di cuenta que la tele (una vez más) se había equivocado: Harrison había fallecido un 29 de noviembre y Wilde un 30.
Después de gastar neuronas un día entero pensando en cosas tan cursis como que la cercanía del fin del año, también podría significar el término de la vida de dos grandes... y bla bla, hoy reaccioné y comprendí que tal patrón no existe, sino sólo es una coincidencia, como las miles de millones que existen en este mundo.
Lo bueno de esto fue que me hizo pensar en ambos... en Harrison y Wilde... a quienes mucho admiro. Por lo tanto, ayer me dediqué a escuchar música y leer, actividades que hoy en día -por lo menos para mí- se han transformado en placeres momentáneos y escurridizos. Cuando llegas a la casa y lo único que quieres hacer es echarte a ver los simpsons (también un placer) pero que no requiere lectura ni búsqueda de Cds guardados, sino del simple ejercicio de manejar el control remoto.
En fin, ayer desempolvé "mi" Retrato de Dorian Gray (qué pena tener que desempolvar un libro así, pero es la verdad) y lo estuve disfrutando un rato pensando en la belleza de la eterna juventud... será bello ser joven??? no será más bello ser viejo y tener una larga cabellera canosa??? me estaré volviendo vieja que pienso así???... mover las neuronas en algo diferente al trabajo es un ejercicio necesario. Y me ensimismé en el hermoso Dorian que soñaba con la juventud, y después me concentré en la vejez... y pensé qué ganas de haber disfrutado más a mis abuelos y pensé en mis padres que ya están en edad de ser abuelos... uf!
Creo que George Harrison tenía 25 o 26 años cuando escribió Something, hoy tendría 63 años, dos años menos que mi padre. Mientras escucho Somenthing y manoseo a Dorian Gray, pienso en las cursilerías que imaginaba ayer, sobre las metáforas que podría haber elaborado y publicado en este blog respecto de la muerte de "dos grandes" y, aunque nada de esto parezca tener un orden lógico, ni un patrón a través del cual organizar una historia, sí puedo concluir que desde ahora intentaré dejar más tiempo para la música y los libros, tal vez eso sea un buen estímulo neuronal con miras a la vejez, tal vez la tele no sea tan sabia después de todo, tal vez debéré dejar de lado un rato el control remoto... claro que después de los simpsons.
Después de gastar neuronas un día entero pensando en cosas tan cursis como que la cercanía del fin del año, también podría significar el término de la vida de dos grandes... y bla bla, hoy reaccioné y comprendí que tal patrón no existe, sino sólo es una coincidencia, como las miles de millones que existen en este mundo.
Lo bueno de esto fue que me hizo pensar en ambos... en Harrison y Wilde... a quienes mucho admiro. Por lo tanto, ayer me dediqué a escuchar música y leer, actividades que hoy en día -por lo menos para mí- se han transformado en placeres momentáneos y escurridizos. Cuando llegas a la casa y lo único que quieres hacer es echarte a ver los simpsons (también un placer) pero que no requiere lectura ni búsqueda de Cds guardados, sino del simple ejercicio de manejar el control remoto.
En fin, ayer desempolvé "mi" Retrato de Dorian Gray (qué pena tener que desempolvar un libro así, pero es la verdad) y lo estuve disfrutando un rato pensando en la belleza de la eterna juventud... será bello ser joven??? no será más bello ser viejo y tener una larga cabellera canosa??? me estaré volviendo vieja que pienso así???... mover las neuronas en algo diferente al trabajo es un ejercicio necesario. Y me ensimismé en el hermoso Dorian que soñaba con la juventud, y después me concentré en la vejez... y pensé qué ganas de haber disfrutado más a mis abuelos y pensé en mis padres que ya están en edad de ser abuelos... uf!
Creo que George Harrison tenía 25 o 26 años cuando escribió Something, hoy tendría 63 años, dos años menos que mi padre. Mientras escucho Somenthing y manoseo a Dorian Gray, pienso en las cursilerías que imaginaba ayer, sobre las metáforas que podría haber elaborado y publicado en este blog respecto de la muerte de "dos grandes" y, aunque nada de esto parezca tener un orden lógico, ni un patrón a través del cual organizar una historia, sí puedo concluir que desde ahora intentaré dejar más tiempo para la música y los libros, tal vez eso sea un buen estímulo neuronal con miras a la vejez, tal vez la tele no sea tan sabia después de todo, tal vez debéré dejar de lado un rato el control remoto... claro que después de los simpsons.
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