
El 4 de octubre pasado Violeta Parra habría cumplido 90 años. Los diarios, la TV, las radios y cuanto recuento cultural y artístico que hubo, recordaron esta efeméride... todos hablaban de ella ese día, todos querían ser parte de la violetamanía que por un par de días se apoderó de los mass media nacionales.
Qué habría pensado ella de todo este revuelo!
No puedo imaginarla, por más que trate, no puedo verla como veo a Neruda o a la Gabriela Mistral, o incluso a su hermano Nicanor... porqué será que no puedo visualizarla de niña.. de mujer, como escritora, como poeta, como músico... como la gran artista que fue.
Podría decir que recién estos últimos años pareciera que la Violeta cobra vida en las aulas de clases y en los cánticos corales. Comienza a aparecer para pelear por su bien merecido lugar en el imaginario colectivo. Es que no la vemos porque pese a los vítores y fanfarrias de los últimos años, aún es una Violeta Ausente.
¿Qué nos falta para darnos cuenta del sitial que debería ocupar la Viola en Chile? ¿Qué tiene que pasar?
Recién estuve por San Carlos, el hermoso pueblo del sur de Chile que la vio nacer. Su casa vacía, se erige como el mejor estandarte de lo que hemos hecho con todo su legado, con su valentía, con su pasión y con su amor por nuestras reíces... parece ser que gastamos más esfuerzos en regocijarnos con la venida de los "grandes" del arte del mundo... pero no somos capaces de enserñar a los nuestros que una de nosotros estuvo y estará siempre entre las mejores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario